Cada nuevo reto no es más que una pared de piedra en nuestras vidas. Cuando hemos terminado de subir, nos damos cuenta de que delante tenemos otra pared aún más grande. No te puedes parar, las colinas seguirán estando presentes, subirlas no sólo te ayudará a avanzar, también te hará ver que ya has superado muchas, que siempre que tenías una ante ti te sentías pequeñ@, insignificante, minúscul@. Al llegar arriba todo se ve de distinta manera. Pelea, hazte fuerte, apóyate en tu seres queridos, en tu familia, amig@s… Eres capaz, capaz de todo lo que te propongas. Eres una gran persona con un gran interior, eres grande, muy grande.
Cuando estés arriba prepárate, coge aire, descansa, pero no pierdas de vista que delante de ti muy probablemente haya un nuevo reto. Pero disfruta de todo lo bueno que has conseguido, disfruta de la brisa, del sol acariciando tu piel, del cantar de los pájaros, del ladrido lejano de perros, de grillos cantando bajo las zarzas. Puede que de algún abejorro que zumba en busca de néctar. Quizás, del sonido susurrante y tranquilizador de algún curso de agua. O a lo mejor, de los cencerros sonoros y casi fantasmales de un rebaño de vacas pastando. Cierra los ojos, y respira, respira seren@ y confiad@, y comienza el ascenso de nuevo.
Un mensaje muy positivo a pesar de la realidad que describes.
Saluditos. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona