¡Feliz 2018!

De nuevo 365 turnos en esta partida de parchís imaginaria, y dados que deciden el camino. Camino que se entrecruza con otras fichas, con choques y vueltas a empezar. Con llegadas gloriosas al destino, y otras que se retrasan. Movimientos que nos acercan, y movimientos que nos alejan, cuando a priori parecía que no iba a ser así.

Quién sabe en qué casilla nos espera cada retazo de lo que está por vivir. Quién sabe si los números nos serán favorables. Quién sabe si el maldito 1 que nos sale constantemente no será el que más contribuya a llegar al final gracias a que hemos sabido utilizarlo inteligentemente, con decisión y valentía.

Que los dados os traigan números altos. Y si os los traen bajos, que sepáis jugarlos con sabiduría para llegar a la meta. Que no os maten demasiadas veces, y si eso ocurre, que os salga un 5 y os volváis a poner en circulación rápidamente. Que en cada casilla os espere algo aún más sorprendente que en la anterior.

¡¡Feliz Año 2018!!

De nuevo 365 turnos en esta partida de parchís imaginaria, y dados que deciden el camino. Camino que se entrecruza con otras fichas, con choques y vueltas a empezar. Con llegadas gloriosas al destino, y otras que se retrasan. Movimientos que nos acercan, y movimientos que nos alejan, cuando a priori parecía que no iba a ser así.

Quién sabe en qué casilla nos espera cada retazo de lo que está por vivir. Quién sabe si los números nos serán favorables. Quién sabe si el maldito 1 que nos sale constantemente no será el que más contribuya a llegar al final gracias a que hemos sabido utilizarlo inteligentemente, con decisión y valentía.

Que los dados os traigan números altos. Y si os los traen bajos, que sepáis jugarlos con sabiduría para llegar a la meta. Que no os maten demasiadas veces, y si eso ocurre, que os salga un 5 y os volváis a poner en circulación rápidamente. Que en cada casilla os espere algo aún más sorprendente que en la anterior.

¡¡Feliz Año 2018!!

 

(Imagen tomada de pixabay.com)

Por Lucía González Rodiño

Comparto reflexiones e historias que quizá no se deberían compartir. Fragmentos de locura que apaciguan minutos. Ecléctica, porque cualquier cosa es susceptible de ser transformada en palabras. Y de la nada, puedes aprender de todo.

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